Y se nos fue otro sudamericano
Sudamericano Sub 20 Ecuador 2017
Domingo, 7 de enero de 2007, en el estadio Río Parapití de la ciudad paraguaya de Pedro Juan Caballero, comienza a cambiar la historia del fútbol chileno. Por esa fecha, Chile daba inicio a su participación en el Sudamericano sub 20 que daba pasajes para el mundial de Canadá del mismo año, y para los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. El paso por el sudamericano fue como cualquier campeonato para Chile: sufrido. Se clasificó en el último puesto al hexagonal final, y en el hexagonal se obtuvo el último pasaje al mundial, quedando fuera de los JJ.OO.
Lo que pasó después es sabido por todos: 3er lugar en el mundial de Canadá, 2 participaciones seguidas en la Copa del Mundo, 2 campeonatos de Copa América, y hasta una China Cup (?). Y la pregunta que ya comienza a hacerse más habitual: ¿qué pasa con la generación de recambio?
Por nombres no nos quedamos en esta selección que fue a disputar el sudamericano a Ecuador: Francisco Sierralta (Palestino), Gabriel Suazo (Colo Colo), Yerko Leiva (Universidad de Chile), Jaime Carreño, Carlos Lobos (Universidad Católica), Victor Dávila (Huachipato), Jeisson Vargas (Estudiantes de La Plata). La famosa regla de minutos a jugar por jóvenes sub 20 pareciera que nos iba a dar dividendos con esta selección.
Pero no fue así. Salimos últimos del grupo y quedamos fuera del hexagonal final que daría pasajes al mundial de Corea del Sur a disputarse este mismo año. ¿Pero qué ha pasado con esta generación? Bueno, nada tan grave, sólo no fuimos a un mundial de la categoría. Considerando que hemos ido a sólo 6 de 21 mundiales disputados, incluido uno que organizamos, simplemente mantuvimos la tónica.
De todo esto, a mí me surge la siguiente interrogante: ¿es la generación de Bravo, Medel, Vidal y Sánchez la extraordinaria o ha habido una sucesión de entrenadores que nos han cambiado la cara futbolísticamente? Veamos. A nivel sub 20, desde el año 2007, hemos tenido los siguientes entrenadores:
- Paraguay 2007: José Sulantay.
- Venezuela 2009: Ivo Basay.
- Perú 2011: César Vaccia.
- Argentina 2013: Mario Salas.
- Uruguay 2015: Hugo Tocalli.
- Ecuador 2017: Héctor Robles.
¿Algún patrón común? Yo no encuentro ninguno. Ni Sulantay, el que tuvo por primera vez a nuestra generación dorada, es un DT de corte ofensivo que pudiera explicar la forma en que este grupo de jugadores se para en la cancha que le toque jugar.
Desde el mismo año 2007, pero a nivel adulto, los DTs han sido los siguientes:
- 2007 – 2011: Marcelo Bielsa.
- 2011 – 2012: Claudio Borghi.
- 2012 – 2016: Jorge Sampaoli.
- 2016 – presente: Juan Antonio Pizzi.
Analizando a estos entrenadores, claramente Bielsa y Sampaoli tienen un estilo ofensivo. A Borghi le fue mal con esta selección, pero a Pizzi le ha ido bien, y no es ni parecido su estilo al de los dos primeros. ¿Será que el DT no es el fundamental en este grupo de jugadores? Este es un pensamiento muy poco popular, un acelerante para las ustibles viudas de Bielsa. No olvidar que el inicio de esta gran generación fue con Sulantay, cuyo estilo es más bien parecido al de don Nelson Bonifacio que algo de corte ofensivo.
Pero a mí me da la impresión que algo hay de esto. Es indudable que el trabajo de Bielsa le dio un plus a estos jugadores (jugadores que ya mostraban condiciones inigualables. Por algo don Marcelo vino a Chile), un plus probablemente demasiado importante, y que quizá nadie se los pueda quitar. Pero se fue Bielsa y no caímos en un abismo (análisis general, sáltese a Borghi). La selección adulta sigue jugando de manera ofensiva, con un estilo definido, e independiente de los jugadores. Así lo vimos en la copa disputada en China, con jugadores que no son titulares, jugando a lo que juegan los titulares (claro, con las limitaciones propias de las características individuales). Pero, ¿por qué no vemos ese estilo en las categorías inferiores? Es evidente que no siempre vamos a encontrar entrenadores del estilo Bielsa o Sampaoli, pero de ahí a llegar a Basay, Vaccia, Tocalli y Robles (me salto a Salas pues su intención es similar a la de los argentinos, aunque claramente muy lejos de ellos), creo que es mucho desorden de ideas. Con entrenadores así, la idea que se viene reflejando en la adulta muy difícilmente será plasmada en las categorías inferiores. Y eso, de seguro frustra al muchacho joven, a ese que sueña con jugar en la adulta, ser el nuevo Bravo, Medel, Vidal o Sánchez. Jugar bajo un estilo conservador, desordenado, cambiante, nunca va a sacar lo máximo de un jugador.
Para muestra un botón: la cantidad de cambios que hizo Héctor Robles a lo largo de los 4 partidos en este sudamericano fue tremenda. Cambió tanto jugadores como de esquema. Así las cosas, la seguridad de los jugadores fue mermando, y de hacer una correcta presentación frente a Brasil, pasamos a un partido plano frente a Ecuador, y a dos pésimos partidos contra Paraguay y Colombia.
Yo entiendo que un jugador sub 20 le falta aún mucho desarrollo, pero creo que hay que empezar a hacer la diferencia. Si queremos ser competitivos en estas categorías, no podemos buscar técnicos formadores, tenemos que buscar técnicos competitivos, con experiencia. La formación dejémosla a los equipos, en una selección hay que ir a ganar. Hace mucho que los jugadores a esta edad están alternando en sus equipos con los planteles estelares, saben lo que es competir y su mentalidad es la de ir a ganar, y no a participar para ganar experiencia.
Esta selección tiene muy buenos jugadores, que de seguro llegarán al más alto nivel competitivo. Es de esperar que puedan continuar la senda ganadora de la adulta, pero también es de esperar que la selecciones inferiores sean manejadas con técnicos con más ambición que la de entregar buenos consejos a jóvenes impetuosos. Nuestra generación dorada partió con un DT que los aconsejó muy bien, pero sus condiciones e ímpetu ganador venía en los genes. Fueron y son excepcionales, producto del azar se encontraron en una misma generación tan buenos jugadores. No nos engañemos, no son producto de un trabajo dirigencial orientado a las categorías menores, no esperemos tampoco que este desarrollo continúe en las generaciones posteriores de manera mágica.
Con 19 años, y mirando a nuestra selección adulta, estos jugadores quieren ir a ganar, nada más. Y con Héctor Robles, era muy difícil de lograr.