La intolerancia a lo que no me gusta
Lejos de ser un admirador de los postulados de Nietzsche, creo que su definición de moral es muy acertada por estos tiempos. Eso sí, hoy hablamos de lo #políticamenteCorrecto. La horda de fanáticos no tolera nada de lo que salga de su “norma”, y ataca sin templanza a los que se salen de ella. Ahora es el turno de @solebacarreza, quien expresa una opinión “no popular”, y se nos fue a la mierda el #NiUnaMenos.
En lo particular, no comparto la premisa de Soledad Bacarreza. Creo que nunca debiéramos estar presos si no se ha demostrado la culpabilidad. El problema es que hay algunos que se escapan o entorpecen el proceso, y por eso son detenidos “hasta que dure la investigación”. No obstante, si no me parece “correcta” la opinión de Soledad le digo: “oiga, discrepo”. ¡Y punto! Pero no, como su opinión difiere de lo políticamente correcto, no sólo hay que discrepar con ella, si no que insultarla como individuo y como mujer. Total, “van a estar conmigo”, si ella dijo algo que “nadie” comparte.
Al parecer Nietzsche tiene razón en este punto, y es que acá este grupúsculo insultante quiere imponer una moral superior, definir lo que es el bien, y decirnos como debemos actuar. Yo les respondo, y sin ningún respeto, váyanse un rato largo a la conchesumadre. Me importa una raja lo políticamente correcto, diré lo que se me pare la raja hoy y mañana, y nadie me va a imponer una dictadura del pensamiento, ¡jamás! Y vamos a citar a Voltaire, o una autora de un libro sobre este filósofo francés:
No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo.